“Quiero hacer mi vino de forma pura, natural y con poca tecnología, nacido de mi instinto”. Este es el homenaje que hace Claus Preisinger a la uva y al vino.

Claus Preisinger es surfista y productor minimalista. Su bodega se encuentra en el pueblo de Gols, cerca del lago Neusiedl, en la región del Burgenland, Austria. Claus empezó a hacer vino con su papá, como pasatiempo. Pero después de trabajar con Hans y Anita Nittnaus, vecinos y productores de vino, decidió que hacer vino era su verdadera vocación.

Realizó su primera añada en el 2000 y desde ese momento extendió las tres hectáreas del terreno de su padre, a las diecinueve actuales.

Sus viñas se extienden sobre 64 parcelas y la mayoría son uvas nativas de esta región como la Zweigelt, Blaufränkisch y St. Laurent. Recientemente Claus ha empezado a trabajar con Grüner Veltliner y Weissburgunder (Pinot Blanc). 

La prioridad de Claus ha sido siempre la de crear vinos que son puros, balanceados y que exprimen su terroir. Sus métodos de hacer vinos son guiados por el instinto en lugar de fórmulas. Continuamente está experimentando y evolucionando, por lo que sus vinos son muy diferentes a los clásicos de esta región.

Claus fue el primer productor austriaco que hizo experimentos de maceración con cáscaras en ánforas georgianas. Su Weissburgunder del 2009 fue el primero  embotellado con este estilo. 

Su filosofía es la de trabajar en armonía con la naturaleza: “si estás fuera todo el día, empiezas a ver el mundo con ojos diferentes”. Su intervención en el proceso es mínima, Claus sabe que los vinos pueden lograr un balance de forma natural.