Stefano Bellotti fue un pionero quien creía en sus terroirs. Siempre actuó a contracorriente y rompió las reglas de los enólogos modernos. Su visión ha inspirado a una generación de jóvenes viticultores. Cascina degli Ulivi empezó en 1977, cuando Stefano, a sus dieciocho años, recuperó la granja familiar, en la que solo quedaba una hectárea de viñedo. Con la ayuda de Pietro Toccalino, un campesino apasionado y competente, Stefano comenzó a hacer vino “sin enología”.

Cascina degli Ulivi se ubica en Novi Ligure, entre las regiones de Piemonte y Liguria, área famosa por el Gavi, vino blanco hecho con la uva nativa Cortese. Esta es una tierra difícil de cultivar, con suelos de arcilla ácida y ferrosa. En una época donde todavía no se hablaba de productos orgánicos ni biodinámica, lo importante era competir con los precios. Stefano decidió que era la viña lo que podría sustentar a la empresa.

El camino no fue fácil. La modernidad y la industria química hacían presión, pero su instinto lo empujaba en dirección opuesta. La gente le decía: “Stefano, vas contra el progreso, el mundo va en aquella dirección”. Estaba solo, pero gracias al razonamiento de que el proceso de fermentación de la uva puede suceder naturalmente, Stefano sabía que no tenía por qué hacerlo de otra forma. 

Con el tiempo se dio cuenta de que no estaba solo. Otros productores y personas pensaban como él, por lo que le dieron la motivación para seguir adelante.

Por desgracia, Stefano nos dejó en la vendimia de 2018, a los 59 años. Pero dejó tras de sí una herencia enorme, cuya memoria se transmite hoy a través de su hija Ilaria. Actualmente Cascina degli Ulivi produce vino en 24 hectáreas de viñas que han sido trabajadas de forma biodinámica desde 1985.

Los vinos son de fermentación espontánea y solo se usan levaduras autóctonas. Junto al viñedo cohabitan campos de granos, bosques, árboles frutales, un huerto y una crianza de ganado. Esta era la forma de empresa autárquica que Stefano soñaba.

“La agronomía no es una ciencia exacta, sino una ciencia humanista porque tiene que ver con los seres vivos. Es una ciencia que escucha, que encuentra, que observa, que reconoce, como la de las relaciones humanas. La agricultura no es solo naturaleza, es naturaleza coexistente.”